Las milicias de Buenos Aires
Hoy vamos a leer un texto que es un material sobre las invasiones inglesas, que describe los preparativos para la defensa que se tomaron en Buenos Aires ante el peligro de una nueva invasión. Esta lectura permitirá identificar los modos en que las invasiones inglesas, y los preparativos para la defensa que ellas motivaron, cambiaron la vida de algunos esclavos.
Los esclavos ya participan de las milicias
Después de la primera invasión de los ingleses, Buenos Aires comenzó a organizarse. Sus habitantes no querían estar desprevenidos ante un nuevo ataque. Ante la inminencia de una nueva invasión, Liniers ordenó armar a todos los varones entre 16 y 50 años y distribuirse en cuerpos armados llamados milicias, organizados según los lugares de origen o casta de sus integrantes. En estos grupos sólo participaban los vecinos españoles y criollos. Pero ante esa situación de emergencia nadie quedó fuera de la convocatoria: también se formaron regimientos de negros, mulatos e indios. En 1807 los ingleses, con más hombres y más armas, volvieron a invadir Buenos Aires. Para entonces, la ciudad con sus milicias estaba preparada para rechazar el ataque de los invasores. Los soldados con sus armas y los habitantes como podían, se defendieron. Hombres y mujeres tiraron piedras, agua y aceite hirviendo15 desde balcones y terrazas de sus casas. De esta manera dieron batalla y los ingleses debieron rendirse. Liniers fue nombrado virrey del Río de la Plata en reconocimiento por su actuación durante las invasiones. Pero las condecoraciones y los festejos por la exitosa defensa de la ciudad no se redujeron a su persona. Dos historiadores reconstruyeron las celebraciones del 12 de noviembre de 1807 tras la victoria sobre los ingleses:
“Se armó un tablado en la plaza con los bustos del rey y la reina y se sortearon pensiones y recompensas para los negros y pardos inválidos y sus viudas. El Cabildo dispuso ayudas económicas o pensiones de 12 pesos para los españoles pero de 6 para los indios, pardos y negros. Entre los esclavos, el Cabildo también hizo un sorteo para otorgar la libertad de 70 de ellos sobre un total de 666. El Cabildo pagó 250 pesos por cada uno a sus propietarios. Luego de cada sorteo se organizó una ceremonia pública. Cada esclavo que obtenía su libertad era envuelto en las banderas de la compañía de pardos y morenos libres que pasaba a integrar. Esta situación no era, por cierto, el fin de la esclavitud. Sin embargo, algo estaba cambiando. Por un lado, la elite y la ciudad homenajeando a algunos esclavos. Esta era una situación inimaginable poco tiempo antes. Por otro, era una nueva experiencia para los esclavos. Es que la incorporación voluntaria a las milicias era un camino a la libertad”.
Texto basado en: AA.VV., Activa 4 Ciencias Sociales, Buenos Aires, Puerto de Palos, 1999; y Fradkin, R. y Garavaglia, J.C., La Argentina colonial, Buenos Aires, Siglo XXI, 2009, pp. 204 y 205.
Busquen en el texto el fragmento donde se explica sobre las posibilidades de los esclavos de obtener su libertad y escríbanlo en sus carpetas
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